Entrevistas

«Hace falta una ley integral que proteja realmente a las víctimas de trata»

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Susana Mataix empezó a trabajar en el proyecto de Fundación Amaranta en el año 2006 –cuando todavía no estaba constituida como tal–, entrando a formar parte de su delegación de Granada en 2010. Trabajadora y educadora social, en la actualidad asume funciones de coordinación técnica de los recursos residenciales asociados a los dos programas de intervención que lleva a cabo la entidad. Uno de acogida para mujeres y adolescentes víctimas de trata de seres humanos o en entornos de prostitución, y el otro de capacitación parental y apoyo psicosocial para madres con hijos en situación de vulnerabilidad social: por ejemplo, que hayan sufrido violencia y no hayan denunciado, que tengan una situación económica difícil, o que sean personas extranjeras en situación irregular y necesiten ayuda para salir adelante y vivir de forma autónoma, objetivo final de ambos programas.

Pregunta: ¿Cómo es el acercamiento a mujeres víctimas de trata y vuestra posterior relación con ellas en el proceso de acogida y apoyo a su incorporación social?

Respuesta: Estas mujeres no llegan aquí porque sí, generalmente son derivadas por los cuerpos de seguridad del Estado, tanto Policía como Guardia Civil, que ahora mismo y según la Ley de Extranjería son quienes tienen potestad para identificar a las víctimas de trata. También vienen a través de entidades sociales que, una vez detectan a la víctima, nos la derivan aquí para su identificación y posterior acceso a derechos.

Lo que intentamos siempre es que sientan que este es un espacio de protección y de seguridad, donde pueden recuperarse y, si ellas lo deciden, iniciar un proceso de mejora con cierta libertad y sin miedo a lo que pueda pasarles fuera. Lo primero que suelen pedir es demanda de empleo, pero de partida lo que les ofrecemos es mucho apoyo emocional y para la toma de decisiones, porque es lo que más necesitan, y en esto nuestra compañera psicóloga cumple un papel fundamental. Sobre todo en los primeros momentos, que son cruciales para que una persona supere todas las presiones y los miedos que tenga, y pueda salir adelante con el objetivo último de cambiar su situación y evitar ser captada de nuevo por la red de trata.

Cada vez veo en situación de trata a más mujeres de nuevas nacionalidades, muy jóvenes y supervulnerables

Susana Mataix

P: Desde vuestra experiencia, ¿cómo ha evolucionado en los últimos años la realidad de la prostitución en el contexto de las mujeres y adolescentes con quienes trabajáis?

R: Por lo general trabajamos más con mujeres víctimas de trata que con quienes están en prostitución y quieren dejarlo. En ambas cuestiones se entremezclan factores como la explotación sexual: mucha gente que decide ejercer con unas condiciones pactadas que luego no se cumplen y se acaban viendo bajo esa situación. ¿La evolución? Yo diría, siendo crítica, que cada vez veo a más mujeres de otras nacionalidades que no conocíamos; mujeres muy jóvenes, supervulnerables, a las que es muy difícil ayudar porque las redes de trata que las tienen sometidas operan muy por delante de todas las entidades sociales que trabajamos en esta área. Tenemos que estar en continuo reciclaje y repensar cómo hacer mejor las cosas para que decidan quedarse y pasar página respecto a la red de trata, ya sea con denuncia o sin ella, de forma que puedan acceder a sus derechos como ciudadanas.

P: En la actualidad hay mucho debate en torno a la relación entre trata y prostitución, ¿podrían considerarse como dos caras de la misma moneda?

No, y de hecho hay que diferenciarlas muy bien porque a menudo se confunden. No toda la trata es prostitución, y no toda la prostitución tiene que ver con situaciones de trata. Para ser víctimas de trata, deben haber sido captadas, trasladadas bajo engaño, amenazadas bajo coacción y explotadas sin que ellas tomen sus decisiones. Hay personas en la prostitución que la ejercen por decisión propia, o bien que se hallan en una situación de explotación que no tiene por qué implicar una situación de trata. Además, la trata no solo se lleva a cabo con fines de explotación sexual, sino también con otros fines como puede ser el laboral u otros menos visibilizados que están relacionados con la mendicidad o los matrimonios forzados. La trata es un problema mucho más amplio y de naturaleza global.

Un negocio que genera tantísimo dinero como la trata es difícilmente atajable si no nos unimos todos en esta lucha

Susana Mataix

P: A tu juicio, ¿sobre qué aspectos de las políticas públicas se debería incidir en Andalucía de forma más urgente?

Ha habido avances en algunos aspectos legislativos, pero no se ha elaborado una ley integral que proteja realmente a las víctimas de trata, que es por lo que estamos luchando muchas entidades. Aunque la trata se considera una situación de violencia hacia ellas, las características de acceso no tienen nada que ver con las de casos de violencia de género. Los requisitos son similares pero no semejantes: en violencia de género hay juicios rápidos con posibilidad de sentencias condenatorias, pero en el caso de las víctimas de trata a lo mejor el juicio se produce a los cuatro o cinco años de que se ponga la denuncia. Tampoco hay ninguna prestación económica a las que tengan derecho como víctimas… en fin, hay mucho trabajo que hacer todavía.

Por ejemplo en nuestra entidad, vemos que muchas personas llegan sin ningún tipo de documentación y son invisibles ante la sociedad: para acceder a cualquier tipo de ayuda se exige como mínimo un documento que las identifique, y eso a veces nos tarda meses, pero aquí las tenemos todos los días, 24 horas. Las políticas no llegan a según qué estamentos sociales, y en el caso de la trata queda muchísimo por hacer.

También falta tarea de visibilización y de coordinación entre los distintos recursos, porque un negocio que genera tantísimo dinero es difícilmente atajable si no nos unimos todos en esta lucha.

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«Las mujeres reclusas tienden a castigarse en exceso, por eso les transmitimos que no se rindan»

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Verónica Daneri es licenciada en Psicología y presidenta de Iniciativa Educativa, asociación que surge de forma reciente en la provincia de Cádiz para favorecer la promoción socioeducativa y el desarrollo integral de familias con especiales necesidades, desde el prisma de la igualdad de oportunidades y la perspectiva de género. Pese a su juventud, la entidad se ha incorporado a EAPN-A con una significativa trayectoria que se inició en 2017, a través de talleres de educación parental en centros de internamiento de menores –chicas–, y se ha potenciado a lo largo del pasado año con diversas acciones en el Centro Penitenciario Puerto III de Cádiz, para las que han contado con voluntarias de la UCA (en la foto de arriba).

Pregunta: ¿De qué personas parte la idea de fundar Iniciativa Educativa y con qué motivación?

Respuesta: La idea surge de mí misma y de Raúl Jiménez [secretario técnico de la entidad] en el momento en que, por nuestra experiencia profesional con personas en riesgo de exclusión social, especialmente mujeres y menores, nos hacemos conscientes de que esta situación también se da dentro de prisión. Por eso nos planteamos hacer más visibles a las mujeres reclusas y cuestionar los estereotipos con los que cargan: no solo los prejuicios del resto de la sociedad en torno a estas mujeres, en su mayoría víctimas de violencia de género y madres, sino también las etiquetas que ellas mismas  se van poniendo y engrandeciendo.

P: ¿Qué retos os habéis encontrado al atender a este colectivo y cuáles han sido los primeros frutos de esa labor?

R: Son mujeres que se sinceran, y es importante porque en situaciones así hay que llorar, hay que reír… todas las emociones son válidas, pero hay que sacarlas. Los frutos los empezamos a ver pronto: nos sorprendió lo bien que nos recibieron, el alto nivel de participación en los programas de Intervención Psicosocial y Parentalidad Positiva. Sabemos que estas acciones son necesarias, pero queremos que ellas sean partícipes. Algunas usuarias ya recomiendan a otras reclusas recién ingresadas que hablen con nuestra entidad y se apunten a las actividades; eso nos refuerza mucho. De hecho, nuestro objetivo es que sean ellas mismas las que propongan, como así está ocurriendo. Nos lanzan ideas que nosotros adaptamos para que puedan ser aceptadas en Puerto III.

Las abuelas nos decían que muchas veces tenían que engañar a sus nietos, porque los hijos de mujeres reclusas no quieren ir a un vis a vis

Verónica Daneri

P: De esas propuestas han surgido muchas de las actividades que habéis llevado a cabo en el último año, ¿nos puedes contar algunas de ellas?

R: Una de sus ideas fue el taller de Marquetería, que recondujimos para que no consistiera solo en hacer joyeros. Con los paneles de madera se hicieron diferentes mensajes que quedaron colgados en las paredes de los módulos penitenciarios de mujeres. Son momentos en los que ellas se relacionan y se sociabilizan sin tensión ni conflictos, lo cual es muy difícil en el entorno de una prisión.

Quizá la más bonita de sus propuestas fue la de los Encuentros Familiares. Para ellas resultaba muy frío ver a sus hijos a través de un cristal, por eso fue estupendo que pudieran estar juntos en una zona diferente, sin separación física. Ahí también nos dimos cuenta de la importancia de los padres y madres de estas mujeres, que son abuelos de sus hijos y quienes casi siempre se encargan de cuidarlos. Esas abuelas nos decían que muchas veces tenían que engañar a sus nietos, porque los hijos de mujeres reclusas (hablamos de edades entre los 4 y los 12 años) no quieren ir a un vis a vis. Pero esta alternativa lo hace más fácil. Para este año, además de continuar la labor que venimos haciendo para que siga creciendo el interés de estas mujeres, nos hemos propuesto mantener el contacto con sus familiares fuera de prisión. Que también tengan su espacio, más allá de los encuentros.

También hemos hecho un taller de Sexualidad y Autoestima, porque hay ideas erróneas y muchísimas relaciones tóxicas en su entorno. Ellas estaban interesadas en tratar el tema de sexualidad, nosotros añadimos el de autoestima porque les decimos que el órgano sexual más importante es el cerebro. A partir de ahí tratamos todas las emociones y la respuesta sexual, aclarando todas las dudas, pero la pregunta clave es: ¿Tú qué sientes? ¿Qué te ha paralizado en esta situación? Ellas tienden a responsabilizarse y castigarse en exceso, por eso les transmitimos que no se rindan. Que vayan paso a paso, pero siempre en positivo.

P: La acción voluntaria es una de las bases de vuestra actividad. ¿Cómo es vuestra relación con la UCA en este ámbito y cuál está siendo la respuesta por parte del alumnado?

R: Es una oportunidad no solo de empoderar a estas mujeres, sino de hacer visible su realidad al resto de la sociedad. Y qué mejor forma de hacer partícipe a la ciudadanía que a través del voluntariado, incluso desde la propia universidad: jóvenes que se están formando y tienen interés en temas afines. Desde el mes de octubre colaboran con nosotros tres voluntarias y están encantadas. Lo están viviendo de forma muy emotiva y con muchas ganas de seguir participando.

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«Si hubiésemos nacido en El Vacie, viviríamos como cualquier persona de allí»

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Asociación Aliento nació en mayo de 1993, por lo que hace unos meses cumplía 25 años. La iniciativa partió en Sevilla de una monja que trabajaba en la cárcel junto a un grupo de mujeres que la acompañaban en su labor, entre ellas Mari Ángeles. Ella conoció allí a una señora que estaba abatida porque, al ingresar en la cárcel, había dejado a sus numerosos hijos e hijas solos en el asentamiento chabolista de El Vacie. Mari Ángeles fue a ver cómo se encontraban los menores y se dio de bruces con aquella realidad, por lo que animó al resto del grupo de mujeres a formar la asociación y montar la primera guardería de El Vacie, en una chabola prestada. Más tarde pudieron construir para tal fin una caracola que “no tiene nada que envidiarle a cualquier guardería de Sevilla”, según Carmen Jiménez, quien lleva cerca de una década como trabajadora social de la entidad y en la actualidad coordina el programa Caixa Proinfancia.

Pregunta: ¿Puedes explicarnos cuál es tu labor dentro de Asociación Aliento y cómo es un día en ella?

Respuesta: Un día normal para mí comienza llegando a nuestra escuela infantil en el asentamiento –llamada Mari Ángeles en honor a la citada fundadora. Su funcionamiento es el de cualquier guardería de la ciudad: a primera hora de la mañana, llegan un grupo de menores de entre 6 meses y 3 años, de la mano de sus madres y sus… iba a decir padres, pero no, casi siempre son sus madres. Yo no trabajo allí directamente, así que aprovecho ese momento para hablar con las madres por si necesito alguna documentación o por si ellas requieren cualquier cuestión, desde básica a administrativa, pasando por contarme algún problema personal. Luego suelo quedarme en la oficina para atenderlas en lo que nos pidan, por ejemplo preparándoles documentación para el paro o simplemente ayudándolas a leer una notificación.

Aparte de eso, en Caixa Proinfancia me encargo tanto de las ayudas de servicios como las de bienes, con las ofrecemos a las familias unos bonos para adquirir productos de alimentación e higiene infantil, y hacemos refuerzo educativo, ayudando a menores en sus clases y tareas escolares. También hay días en los que me toca quedarme en casa para pensar y redactar proyectos, porque aquí en la guardería no paramos ni un momento.

P: ¿Qué te resulta más gratificante de tu trabajo?

R: Lo que más me gusta es el trabajo que hacemos con las madres de la guardería, a través de otro de los servicios de Caixa Proinfancia (Espacios Familiares 0-3 años), que nos permite organizar todo tipo de actividades con ellas: desde talleres de masajes infantiles y de vacunas, hasta excursiones a la playa y salidas como la que harán estos días al centro de la ciudad para visitar los belenes navideños. Debido a la falta de recursos, su rutina diaria casi siempre se reduce a limpiar la chabola y quedarse en el asentamiento, por eso todo lo que esté relacionado con que hagan algo diferente y sonrían me resulta gratificante. Sobre todo porque en muchos casos estamos hablando de chicas de 21 o 22 años que, aunque tengan varios hijos, no han hecho muchas de las cosas que suelen hacer las personas con recursos. Al final, cuando una madre está bien, está bien toda la familia.

Estamos en un espacio muy duro, y esto lo digo habiendo trabajado en zonas con mucha pobreza y exclusión de otros países

Carmen Jiménez

P: ¿Cuál es tu idea o imagen sobre la labor de EAPN Andalucía en relación con vuestra asociación?

R: Nuestra asociación es eminentemente asistencial, estamos en un espacio que es muy duro, y esto lo digo habiendo trabajado en zonas con mucha pobreza y exclusión de otros países. Hemos de responder a necesidades muy básicas, como no tener para un litro de leche o para comprar medicinas. Formar parte de EAPN-A hace que de alguna manera podamos luchar por los derechos de esta gente. Esa parte de incidencia política me parece fundamental: los derechos de las personas gitanas de El Vacie están siendo tenidos en cuenta porque estamos dentro de esta Red.

P: A tu juicio, ¿sobre qué aspectos de las políticas públicas se debería incidir en Andalucía de forma más urgente y en qué cuestiones se ha de concienciar más a la población?

R: Para mí está claro que quienes tienen la solución a sus problemas son las personas que pasan por ellos. Dicho esto, una persona del asentamiento no podría contestar a esa pregunta. Hemos intentado que participaran en determinadas jornadas, pero no son capaces de entender lo que se plantea, y entonces la iniciativa pierde sentido. El hecho de que no podamos enterarnos de lo que realmente quieren las personas que viven en este asentamiento nos impide encontrar la solución a sus problemas, por eso en mi opinión una prioridad política debería ser lograr vías de participación abiertas y accesibles para toda la sociedad.

Y luego, aunque sea una idea algo trillada, habría que trabajar en la sensibilización de toda la sociedad; explicarles que si hubiésemos nacido en El Vacie, viviríamos como cualquier persona que vive en El Vacie. No es cierto que a la población de este asentamiento les guste vivir así, ni tampoco que no quieran salir de allí, estudiar o trabajar. Pero es muy complicado hacerle entender esa realidad al resto de la ciudadanía. Quien sufre la exclusión de forma heredada, generación tras generación, va a comportarse como una persona que se ha habituado a esa situación de exclusión, con ratas, sin agua corriente dentro de casa… Ante esta realidad, la sensibilización social tiene que ser mucho más fuerte.

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«Para las personas vulnerables sigue resultando difícil el acceso a la participación en Andalucía»

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Patricia Pantión es integrante del Grupo de Participación de EAPN Andalucía, junto con otras personas en situación o riesgo de pobreza y exclusión. Previamente a su intervención en el Encuentro de Participación de EAPN Europa ante 32 delegaciones de países de todo el continente y tras haber realizado también una ponencia en el XII Encuentro Estatal de Participación celebrado en septiembre en Canarias, hablamos con ella sobre este derecho esencial que en muchas ocasiones queda relegado en el debate sociopolítico.

 

Pregunta: ¿Qué es para ti la participación?

Respuesta: Yo la entiendo como un proceso indispensable para vivir en sociedad. Siempre que exista un grupo, es la única manera de pertenecer a él: aportas y a la vez te aportan, en esa participación. Es la forma de convivir en sociedad.

P: ¿Qué expectativas tienes respecto al Encuentro de Participación Europeo y qué crees que aportas –ya que hablas de reciprocidad– a este tipo de dinámicas?

R: Espero conocer a mucha gente, empaparme de otras experiencias y enriquecerme personalmente con las aportaciones de los demás. Por mi parte, trataré de aportar mi propia experiencia como un grano de arena, pues pienso que cada contribución es buena y necesaria. Puedo exponer mi testimonio como persona sin hogar que está todavía saliendo de esa situación y que ha vivido en los dos polos, pasando de llevar una vida normal a la exclusión total.

En ese proceso me he encontrado a mí misma un poco como mediadora entre la gente sin hogar y el personal técnico de las entidades sociales, porque tengo la formación que no tienen muchas de aquellas personas. Es en este sentido en el que creo que puedo aportar algo valioso a estos encuentros.

«Se necesitan más herramientas para que la ciudadanía andaluza participe»

P: ¿Cómo resumirías tu ponencia en el último Encuentro Estatal de Participación?

R: Pues hablé sobre la importancia de los derechos, ya que simplemente porque existan sobre el papel no quiere decir que se cumplan. Es responsabilidad de todos, en distintas medidas, que esos derechos se vayan cumpliendo cada vez más, se amplíen y vayamos pasando a una sociedad más igualitaria, lo que siempre conllevará el incremento de la participación social y el empoderamiento de las personas.

P: Por último y ahora que estás en ese proceso de investigación y acción, ¿crees que la ciudadanía andaluza tiene suficientes herramientas para la participación?

R: Todavía no, se necesitan más. La Ley de Participación aún no se ha desarrollado y va a poner muchos medios a nuestro alcance, pero aun así para las personas en situación de vulnerabilidad (personas ancianas, excluidas, sin estudios, menores…) sigue resultando difícil el acceso a la participación social. Creo que desde las instituciones se debería hacer un esfuerzo en este sentido, para esas personas.

EAPN Andalucía«Para las personas vulnerables sigue resultando difícil el acceso a la participación en Andalucía»
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