La pobreza «en femenino» ha sido uno de los ejes principales sobre el que ha girado una jornada convocada por la Red Andaluza de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN-A), y celebrada en el Centro de Recursos Educativos de la ONCE en Sevilla. El nuevo presidente de la plataforma de entidades sociales, Juan Reyes, recién elegido en la asamblea general que ha coincidido con este acto público, ha denunciado que actualmente hay en Andalucía un 21,8% de mujeres que, pese a tener un empleo, se hallan en riesgo de pobreza.
Es uno de los datos desprendidos del último Informe sobre el Estado de la Pobreza publicado por EAPN-A, donde aparecen otras estadísticas alarmantes en materia de género. Entre ellas, la de que un 37% de esas mujeres ocupadas en riesgo de pobreza se dedican, en gran medida, al trabajo doméstico y de cuidados. Respecto a las mujeres andaluzas en paro, un 41% de ellas se hallan también en riesgo de pobreza. “Aunque la pobreza actual no se asocia a un solo colectivo o sector social, es crucial poner sobre la mesa las particularidades de la pobreza en femenino y los factores que la intensifican”, ha señalado Juan Reyes.
Precisamente bajo esa temática, «La pobreza en femenino y de abajo a arriba», ha organizado esta plataforma una serie de mesas redondas en torno a sus diversos aspectos. En la apertura de la jornada Ángel Hernando, profesor de Psicología en la Universidad de Huelva, y Manuela García, vicepresidenta de EAPN-A, han conversado sobre violencia de género en adolescentes, así como las causas y efectos de la desigualdad en tales edades. Hernando ha destacado que “la violencia de género se da en todas las clases sociales, pero ciertas condiciones como el hecho de ser mujer y ser pobre, crean factores de riesgo”. Asimismo, ha apuntado al fomento de las “habilidades empáticas” entre la juventud como la línea de intervención que está obteniendo mejores resultados en la lucha contra la violencia de género.
Posteriormente, el sociólogo Leandro Álvarez Malgesini, adscrito a la Fundación Cepaim, ha desarrollado una ponencia sobre «nuevas masculinidades», haciendo referencia a los modelos culturales de ser hombre y su relación con el poder y la riqueza. “Ha habido muchas masculinidades en la Historia, pero esa diversidad ha sido castrada. Algunos hombres están empezando a descubrir ahora que tienen género, pero el objetivo ha de ser deconstruir esas nociones como compartimentos estancos”, ha expresado Malgesini. También ha citado varios indicadores que muestran que “la pobreza tiene género, como todo”: la brecha salarial, el «techo de cristal» y la conciliación en las empresas son algunos.
Como colofón a la jornada Carmen Tamayo, de la ONG Solidarios para el Desarrollo, ha ofrecido una charla donde ha expuesto cómo se aplica el enfoque de género a la problemática de las mujeres sin hogar. Tamayo ha señalado la “doble condición de exclusión” a la que se enfrentan, y cómo “los recursos están pensados por mentes masculinas”. Según datos del INE en 2012, las mujeres representan un 20% de las personas sin hogar en España, pero profesionales y foros opinan que son muchas más, ya que “el número de plazas para mujeres en albergues se queda siempre corto”. Finalmente, ha hablado de la exposición y vulnerabilidad total a la que se ven expuestas las mujeres sin hogar: “A la aporofobia generalizada hay que sumar la violencia de género en estos casos, tanto previa como sufrida en la calle”.
La POBREZA con mayúsculas
La jornada se enmarca en la campaña de EAPN-A «La POBREZA con mayúsculas», que esta plataforma viene desarrollando en los últimos meses y que continuará en los próximos mediante el hashtag en redes sociales #POBREZAconmayúsculas. Su objetivo es seguir ahondando en la complejidad de este fenómeno e incidir en que todos los actores sociales conozcan y reconozcan la importancia que tienen la pobreza y la exclusión social en el día a día de millones de personas en nuestra comunidad. Cerca de un 42% de la población andaluza se encuentra en riesgo de hallarse ante estas situaciones, que se cifran en realidades tan cotidianas como las de quienes se retrasan en los pagos relacionados con vivienda (un 10% de andaluces), no pueden permitirse mantener la casa a una temperatura adecuada (12%), no pueden disponer de un ordenador (10%) o no tienen capacidad para afrontar gastos imprevistos (53%).
“No es vivir al día ni apretarse el cinturón”, señala el presidente de EAPN Andalucía, “es pobreza con todas sus letras y con mayúsculas, y no por llamarla de forma diferente o mirar hacia otro lado podemos negar sus terribles efectos”. Es también, según destaca Juan Reyes, pobreza «de abajo a arriba» o transversal, de la que ya no escapan las clases medias, pero que “sigue partiendo de quienes menos tienen y con efectos progresivamente más devastadores”.
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